Sorpresa y consternación en Serinyà por la muerte de la familia Van Arkel

Los habitantes de Serinyà, un pequeño pueblo del corazón de Cataluña, no se acaban de creer la tragedia de Nochebuena. La muerte de los tres miembros de la familia Van Arkel, que hacía años que regentaba la casa rural, ha dejado consternado a medio pueblo.

Las hipótesis que se barajan aumentan aún más el desconcierto de la población: investigan si se trata de un triple suicidio, o si la pareja primero acabó con la vida del hijo y después se suicidó, la teoría más plausible, ya que el joven iba en silla de ruedas y era autista.


El alcalde de Serinyà (Girona), Josep Antoni Ramon, ha mostrado su consternación ante la muerte de los tres miembros de la familia Van Arkel, que hacía tiempo que vivían en la localidad donde regentaban un negocio de turismo rural. En el mismo sentido se ha expresado Rosa Teixidor, la alcaldesa de Esponellà, localidad limítrofe con Serinyà. Mientras tanto los Mossos d'Esquadra siguen investigando el caso, bajo secreto del sumario.
"No hacían mucha vida en el centro del pueblo, no se les veía mucho, pero eran muy buena gente", dice el alcalde
La tragedia llegó a Serinyà, un pueblo de poco más de 1.000 habitantes, en Nochebuena. Un matrimonio holandés que iba a pasar la velada a Mas Cadavall, la casa de turismo rural regentada por el matrimonio Van Arkel, sospechó que algo sucedía cuando al llamar a la puerta nadie les abrió. Entraron y encontraron un rastro de sangre. De inmediato alertaron a la policía. A partir de ese momento empezó el drama. Los agentes localizaron el cadaver de un hombre de 33 años en el baño con signos de haber fallecido por heridas de arma blanca. En la casa varias notas anunciaban que toda la familia había decidido quitarse la vida, y que los padres, la madre biológica del fallecido de origen holandés pero nacionalizada española y su padrastro, de nacionalidad holandesa, iban a tirarse al río Fluviá.

 

De la mano y cargados con mochilas


Los Mossos d'Esquadra abrieron una investigación para determinar qué había sucedido exactamente y, junto con los Bomberos de la Generalitat, unos 40 efectivos, montaron un dispositivo con perros especializados y con un helicóptero para rastrear una zona de unos dos kilómetros de camino bordeando el río. En seguida encontraron el vehículo cerca de la presa de Esponellà. Las sospechas llevaban directamente al río, tal y como anunciaba la nota de suicido.


Los especialistas de la Unidad subacuática de ambos cuerpos se metieron en el Fluvià esa misma tarde, pero dejaron de buscar al llegar la noche. A la mañana siguiente se retomó la búsqueda y poco después de las 15.00 horas del día de Navidad los mossos de la unidad subacuática localizaban a cuatro metros de profundidad el cuerpo del hombre y cogido a su mano, el de la mujer. Ambos se aseguraron de llevar a cabo su propósito con una mochilla cargada de peso que les hundió en las frías aguas del río que pasaba a los pies de su casa.


Mientras se llevaban a cabo las tareas de recuperación de los cuerpos, tanto el acalde de Serinyà como la alcaldesa de Esponellà acudieron al lugar donde estaban trabajando los mossos y los bomberos. Se había confirmado una trágica noticia. El alcalde, Josep Antoni Ramon, apuntaba que "nos ha sorprendido un poco a todos, la verdad es que no hacían mucha vida en el centro del pueblo, no se les veía mucho, pero eran muy buena gente, sorprende". En la misma línea fue la alcaldesa de Esponellà, Rosa Teixidor: "Más bien sólo se relacionaban, o sólo tenían en su casa gente holandesa, pero se veían gente muy pacífica y
muy agradable, estamos como un poco consternados por todo esto".


La investigación policial ahora deberá determinar si las heridas mortales que presentaba el joven se las pudo hacer él mismo o si fue uno de sus padres el que acabó con su vida. Además, en las próximas horas los forenses llevarán a cabo las autopsias de los tres cuerpos para determinar con exactitud la causa de las tres muertes. El hijo padecía una disminución psíquica y desde hacía tiempo pasaba la semana de lunes a viernes en una fundación de la comarca especial para personas con su disminución. Los fines de semana los pasaba en Mas Cadavall, una casa de Turismo rural ubicada a las afueras de Serinyà, en un entorno rodeado de naturaleza y por donde pasaba el Fluvià.

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