«Un hecho luctuoso». Es el epíteto que empleó la Policía Nacional para describir la terrorífica y sobrecogedora estampa con la que se encontraron en el tercer piso de un edificio de la calle Andrés Antelo, perpendicular a la Avenida de La Torre, en el barrio coruñés de Monte Alto.
Dos gemelos de solo diez años envueltos en un charco de sangre, con cardenales y contusiones en sus pequeños cuerpos, que quedaron desfigurados, según pudo saber ABC. Se cree que perecieron después de haber recibido varios golpes.
La conjetura que ha ganado más peso apunta a que el arma homicida empleada fue la esquina de una estantería. Tampoco se descarta que el autor completase la fechoría con una barra de hierro. Minutos después de las cuatro de la tarde, el 092 recibía una llamada de alerta. Fue el padrastro de los muchachos el que avisó de lo sucedido en este apartamento del número 13 a los efectivos de la Policía Local.
La Delegación del Gobierno en Galicia, que tiene al frente a Miguel Cortizo, confirmó posteriormente su detención. Es la actual pareja sentimental de la madre de los muchachos y, al parecer, estaba bajo tratamiento psicológico. Se lo llevaron a las 18.10. Las dos víctimas mortales son varones.
El 112 informó de la solicitud, por parte del 061, del envío urgente de dos psicólogos a este extrarradio. La petición quedó registrada a las 16.55. Fue entonces cuando se dio el aviso del presunto crimen. Al lugar se dirigió enseguida un equipo de profesionales, con el fin de asistir a los familiares. Se sabe que hablaron, al menos, con la madre de los pequeños y la abuela. La juez permaneció durante horas en este domicilio. Quedó totalmente descartado —es lo que consta en la nota oficial enviada a los medios— que sea un caso de terrorismo sexista. No constan denuncias previas en este sentido. Se sospecha de un episodio atroz de violencia doméstica. Esta familia era poco conocida.
La madre, en el trabajo
Los vecinos sabían que en esa casa residía una pareja y dos pequeños, pero poco más. «Tampoco queremos hablar mucho hasta que no se conozcan todos los detalles... Esto está acordonado, y el despliegue policial ha sido impresionante. Estamos sobrecogidos, pobres criaturas... No sabemos siquiera si la madre se habrá acercado, si está enterada de todo esto», contaron a ABC a las 19.00. «Pero si está trabajando, esto la ha pillado en su empleo, que yo poco sé de ella, porque están aquí desde hace muy poco tiempo; nada más que tenía descendencia y un trabajillo en un restaurante que está aquí al lado. Al principio se pensó que el responsable de todo esto se la había cargado también a ella, yo no la he visto hoy, pobre, pobre mujer», replicaba otra lugareña a este diario, que en ese momento desconocía que la madre era atendida por los psicólogos. Estas declaraciones son solo un ejemplo de la consternación que este domingo se vivió en el citado inmueble, tomado por los flashes de las cámaras, las unidades móviles y los furgones de las fuerzas y cuerpos de seguridad hasta bien entrada la noche.
Únicamente tenían permitido el paso al interior de este bloque sus residentes habituales que, una vez se instalaban en sus viviendas, no se atrevían siquiera a poner un pie fuera. «Espantoso, repugnante, sin palabras, ¿qué culpa tendrían estos pobres críos?», decían. La investigación se encuentra bajo secreto de sumario. Los agentes emplearon su tiempo en la inspección ocular. La Policía Nacional permaneció toda la tarde en el interior. El alcalde de La Coruña, el popular Carlos Negreira, se mostró afligido. «Es horroroso, horroroso; quiero trasladar todos los ánimos para la familia, darles consuelo. La verdad es que, insisto, es un hecho horroroso que todos los coruñeses lamentamos. En lo que podamos, vamos a intentar apoyar a todos los familiares, en todo lo que podamos hacer. Esto es horrible, es monstruoso».
«¿Y el padre biológico?»
Era el comentario más repetido entre los vecinos concentrados en las inmediaciones de este edificio. «¿Qué pasa con el padre biológico? Porque este hombre, el que se cree que es el autor, no lo era. Solamente es el compañero sentimental de la madre», preguntaba una vecina, dirigiéndose directamente a los reporteros. «Parece mentira, pues cuando se entere ya ves, tienes dos hijos... y que de repente te llegue la noticia de que te has quedado sin los dos, y por una causa como esta», replicaba otra. «Hace nada que me estaba sobrecogiendo con el caso de los menores discapacitados asesinados en Boecillo, en Valladolid; y ahora La Coruña abre todos los telediarios y ocupará las primeras planas con lo sucedido a estas dos criaturillas. ¿La razón?», replicaba Antonio, que no daba crédito a la narración de los hechos. A cuentagotas llegaban las informaciones. Les conmocionó el relato de la esquina de la estantería, y las sábanas mojadas en sangre.
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