Las nuevas víctimas fueron encontradas durante los trabajos de rescate la pasada noche, que debieron suspenderse por dos horas durante la madrugada debido a fuentes lluvias que cayeron sobre la ciudad.
La portavoz de la Dirección de Gestión del Riesgo (DGR), Sandra Calvo Pinzón, dijo a Efe por teléfono que las tareas en la zona de desastre continúan ante la posibilidad de que haya más personas bajo los escombros.
"Pero no tenemos un dato oficial de desaparecidos", advirtió la portavoz en alusión a versiones periodísticas no oficiales que aseguran que en el lugar pudieron estar sepultadas setenta personas.
El deslizamiento de tierras ocurrió el sábado en el barrio Cervantes, un sector residencial cercano al centro de Manizales, la capital departamental de Caldas, en el oeste del país.
Las tareas de auxilio permitieron rescatar con vida, aunque heridos, a diecisiete vecinos en los primeros momentos, según los registros de la Cruz Roja Colombiana (CRC), que ha asumido la emergencia junto a la Defensa Civil Colombiana (DCC) y el cuerpo municipal de bomberos.
Calvo observó que el derrumbe destruyó 17 casas y damnificó a 35 familias.
La situación geográfica de Manizales levantada sobre laderas hace a la ciudad susceptible a este tipo de accidentes, y la DGR convocó allí un "comité operativo nacional extraordinaria".
Este comité es liderado por la DGR, que depende del Ministerio del Interior, y reúne a responsables nacionales y locales de los organismos de socorro.
El país afronta desde septiembre pasado la segunda temporada de lluvias del año, que normalmente va hasta finales de diciembre y que comienza tras un período seco de transición que sigue al primer período de precipitaciones, de finales de marzo a medianos de junio.
Los accidentes causados por las precipitaciones han dejado ya 58 muertos en el país, según los registros de la CRC.