La Zarzuela quiere apartar a Urdangarin de la Familia Real ante su posible imputación

El palacio de la Zarzuela ya trabaja con el escenario más desfavorable y más probable, la inminente imputación de Iñaki Urdangarin en la 'operación Babel', que investiga supuestos contratos irregulares por parte de los gobiernos balear y valenciano adjudicados a dedo al Instituto Nóos que hasta 2006 presidió el yerno del Rey. La Fiscalía Anticorrupción y el juez mallorquín José Castro Aragón, según fuentes del caso, tienen previsto hacer públicas sus acusaciones formales, entre las que también podría estar la evasión de capitales, contra el marido de la infanta Cristina en las primeras semanas de 2012, una vez que la brigada antiblanqueo termine de analizar la documentación incautada a principios de noviembre en los registros de las sociedades que dirigían Urdangarin y su socio, Diego Torres.


Para cuando llegue el momento de la imputación, La Zarzuela quiere que el exjugador de balonmano esté desvinculado de la Casa Real y evitar así que se convierta en el primer miembro de la familia acusado formalmente de un delito, algo que no ha ocurrido nunca en la historia reciente de España. Las opciones, admiten juristas especializados en el tema, no son muchas: una renuncia de la infanta Cristina a sus derechos dinásticos, la restricción de la Familia Real o que la hija del Rey se divorcie.
Esta última opción, la más rápida y simple, no se baraja por el momento, ya que la Infanta no quiere romper su matrimonio, una decisión que provocaría la salida instantánea de Urdangarin de la Familia Real. Este sería un caso idéntico al ocurrido con Jaime de Marichalar tras su ruptura matrimonial con la infanta Elena.

La segunda posibilidad para que el 'caso Urdangarin' permanezca formalmente al margen de la Corona pasa por la renuncia de la infanta Cristina a sus derechos dinásticos. La segunda hija del Rey saldría así de la Familia Real y con ella, por supuesto, su marido, y pasarían a ser solo familia del rey, un estatus 'no oficial' al que, por ejemplo, pertenecen las hermanas de don Juan Carlos, Pilar y Margarita. Cristina, que no dejaría de ser infanta, y Urdangarin carecerían de agenda oficial y tampoco recibirían asignación alguna por parte del Monarca.
La última opción, que ya desde hace tiempo está en estudio en La Zarzuela, es adelgazar la Familia Real. En la actualidad, son miembros el Rey y la Reina, los hijos de Don Juan Carlos y sus cónyuges y losdescendientes del heredero. La idea que se baraja pasa por limitar la Familia Real a los Reyes, los Príncipes de Asturias y a los hijos de éstos. De acelerarse esta reforma, Urdangarin, junto a Cristina y Elena, dejarían de ser miembros de la Familia Real. Ni las infantas ni el yerno del Rey tendrían entonces derecho a la asignación que distribuye libremente el jefe del Estado, que jamás se ha hecho pública y que detrae del presupuesto que se le concede cada año. En 2011 fue de 8,4 millones de euros.
Lo público y lo privado

Fuentes de La Zarzuela puntualizan que tanto la infanta Elena como los duques de Palma reciben su asignación en proporción al número de actos a los que acuden y que esas actividades públicas «ya iban camino de limitarse», una vez que, con la familia del Príncipe Felipe consolidada, las hermanas han perdido preeminencia en la línea sucesoria. Ambas compatibilizan además las funciones representativas con actividades económicas en la empresa privada por las que perciben un sueldo; de consumarse la reforma, solo los miembros de la Familia Real que viven exclusivamente de los fondos del Estado seguirían siéndolo.

La información se difundió horas después de que viera la luz en los quioscos la revista 'Hola!', cuya portada dio ayer mucho que hablar en los medios. Las fotografías de una sonriente Doña Sofía con la infanta Cristina y su marido en Washington, donde tienen fijada su residencia, se interpretaron como un gesto implícito de apoyo a Urdangarin. La Reina aprovechó un viaje oficial a Nueva York para presidir la '2011 Gold Medal Gala' del Queen Sofía Spanish Institute para compartir unos días con su hija, su yerno y sus nietos.