El orgullo que sienten algunos ciudadanos norteamericanos por poder disponer en sus casas de armas a veces llega a cotas absurdas. Como en el caso de Shawn Moore, un residente del estado de Nueva Jersey que se atrevió a subir una foto de su hijo Josh de 11 años sosteniendo un rifle del calibre 22 a Facebook.
La intención de Shawn era la de mostrar el estupendo regalo que le había hecho a su vástago por su cumpleaños. El chaval parece encantado con el presente: vestido con ropa militar, luce una gran sonrisa mientras carga con un gigantesco rifle que es probable que pese casi tanto como él.
Pero no todo el mundo compartió la alegría de los Moore ni vieron la gracia al asunto. En concreto, ni la Policía del pueblo de Carney’s Point, en donde reside la familia, ni los Servicios Sociales del estado de Nueva Jersey entendieron la escena, y se presentaron en el domicilio de la familia para pedir explicaciones.
“Estaba dando una vuelta con un amigo, cuando de repente recibí un mensaje de mi mujer que me decía que la Policía y los Servicios Sociales estaban en casa y que querían ver mis armas y abrir mi caja fuerte” explica el padre en un foro.
“Llamé a mi abogado y fui para allá. La Policía me dijo que estaban allí por la foto que subí de mi hijo, querían ver mis pertenencias, pero no tenían ni una orden de registro. Estuve hablando por teléfono con mi abogado, que me recomendó que le pidiera la identificación a la trabajadora de Servicios Sociales, pero ella se negó. Al final, todos se dieron la vuelta y se fueron”.
Llamada anónima
¿Pero cómo pudo saber la Policía de la existencia de la polémica foto? Según explica un artículo de la web nj.com, alguien debió llamar al teléfono de protección del menor del estado de Nueva Jersey.
Todas estas denuncias, aunque sean anónimas, deben ser estudiadas, por lo que los Servicios Sociales avisaron a la Policía.
Al final, los agentes no presentaron ningún cargo en contra de Shawn Moore, que podrá seguir regalando armas a su hijo, haciéndole fotos con ellas y compartiéndolas en redes sociales. Todo es perfectamente legal, al menos en Nueva Jersey.