VÉRTIGO Cuestión de equilibrio

El 30% de las consultas de ORL se deben al vértigo, una patología auditiva que se acompaña de inestabilidad y mareo y que se puede originar por infecciones, falta de riego sanguíneo o hipertensión. Además de la convencional, los expertos valoran cada vez más la medicina biorreguladora para combatirlo.

El vértigo es una sensación subjetiva del movimiento tanto de la persona que lo sufre como de todo lo que le rodea. El 30% de las consultas de otorrinolaringología (ORL) se deben a problemas relacionados con el vértigo, patología muy común en las personas mayores de 65 años, según la doctora ana garciaAna García Arumí, jefe de Sección de ORL del Hospital Vall d’Hebron, que ha participado en el XXVIII Simposium de Biorregulación, Investigación y Práctica Clínica, organizado por la Asociación para el Estudio de la Medicina Biorreguladora (Asembior). Sin embargo, “a pesar del crecimiento de la prevalencia en la población general por el aumento del grupo de edad avanzada en la pirámide poblacional, los jóvenes también lo pueden padecer y asociar cuadros de ansiedad”, añade.

Periférico o central

El vértigo “es un problema frecuente que se acompaña de desequilibrio y mareo. Sin embargo, se puede padecer mareo o desequilibrio sin vértigo”, asegura la doctora Ana García Arumí.

Puede ser periférico, cuando su origen está en el oído o en la primera neurona. El problema se debe a la parte del oído interno que controla el equilibrio. Estas partes se denominan laberinto vestibular o canales semicirculares. El problema también puede involucrar el nervio vestibular, el cual conecta el oído interno al tronco encefálico. El vértigo más común de todos es el posicional paroxístico benigno, “una alteración vestibular periférica que se manifiesta por episodios súbitos y breves de vértigo y que se relaciona con movimientos específicos de la cabeza, que además supone el 80% de las consultas por vértigo”, expone esta especialista. El vértigo periférico puede ser causado por ciertos antibióticos como los antibióticos aminoglucósidos, cisplatino, diuréticos o salicilatos, por una lesión (como un traumatismo craneal), laberintitis, enfermedad de Ménière o presión en el nervio vestibular, por lo general de un tumor no canceroso, como meningioma o schwanoma.

Vértigo central cuando se origina en las vías vestibulares del SNC y sus conexiones. Este tipo se debe a un problema en el cerebro, en especial en el tronco encefálico o la parte posterior del cerebro (cerebelo). Según esta especialista, “el problema se sitúa en el sistema vestibular cuyos receptores están en el oído interno. Este sistema es uno de los tres encargados de regular el equilibrio del cuerpo humano, además del visual y el muscular-esquelético”. El vértigo central puede ser causado por una enfermedad vascular, ciertos fármacos como anticonvulsivos, ácido acetilsalicílico, alcohol, por migraña, esclerosis múltiple, por una crisis epiléptica (rara vez), accidente cerebrovascular o un tumor (generalmente no canceroso).

Identifícalo

El oído interno contiene tubos llenos de líquido llamados canales semicirculares o laberintos. Estos canales, junto con un nervio en el cráneo, ayudan a interpretar la posición del cuerpo y mantener el equilibrio. Cuando existe vértigo, el principal síntoma es la sensación de que uno mismo o la habitación se está moviendo o girando y esa sensación giratoria puede causar náuseas y vómitos. Otros síntomas pueden abarcar dificultad para enfocar los ojos, mareo, hipoacusia en un oído, pérdida del equilibrio (puede causar caídas) y/o zumbidos en los oídos. Si el vértigo es debido a problemas en el cerebro (vértigo central), puede presentarse dificultad para deglutir, visión doble, problemas con los movimientos de los ojos, parálisis facial, mala articulación del lenguaje y/o debilidad de las extremidades.

Medicina convencional vs medicina biorreguladora

En cuanto a las diversas causas y enfermedades que pueden originar el vértigo, “como infecciones, falta de riego sanguíneo o hipertensión, pueden dificultar en cierta medida la detección y la elección del tratamiento más adecuado, ya que éstos deben incidir tanto en la causa como en el síntoma”, comenta la experta.

En cuanto al manejo inicial, según explica el doctor Javier Hernández Calvin, del Servicio de ORL de la Clínica Quirón, de Madrid y miembro de la junta directiva de Asembior, consiste en la administración de:


  1. Sedantes vestibulares que retardan la compensación central del vértigo.
  2. También se administran antihistamínicos.
  3. Además, según este especialista, “para prevenir su recurrencia se administran diversos fármacos como diuréticos o corticoides”.
  4. Sin embargo, “en los últimos años se ha observado que la medicina biorreguladora permite tratarlo sin los efectos secundarios de los medicamentos habituales”, indica. Esta opción terapéutica contiene diferentes principios activos de origen vegetal y mineral y “también ha demostrado su eficacia para controlar el vértigo sin interacciones, algo muy importante para aquellas personas que toman más tratamientos para otras patologías”, afirma el doctor Hernández Calvin. En concreto, diferentes estudios han mostrado que permite reducir la intensidad, el número y la duración de los ataques y mejorar las actividades de la vida cotidiana.
  5. En la fase de compensación vestibular después de una lesión aguda “se aconseja la rehabilitación vestibular que consiste en una serie de ejercicios enfocados a compensar ese déficit del sistema vestibular para mejorar el equilibrio estático y dinámico, así como la mirada”, concluye la doctora García Arumí.
  6. Los cambios en la dieta han demostrado ser eficaces, y consisten en la reducción de la cantidad de sal, aunque también se aconseja reducir o eliminar el café, los frutos secos, el tabaco, etc.


Palabras mayores: Enfermedad de Menière

Se estima que cada año unas 100.000 personas desarrollan síndrome de Menière, un trastorno del oído interno que afecta el equilibrio y la audición. Aunque se desconoce la causa exacta, puede ocurrir cuando la presión del líquido en la parte del oído interno llega a estar demasiado alta. El oído interno o laberinto contiene la endolinfa, un fluido que acompaña el movimiento de la cabeza y que hace que los receptores nerviosos del laberinto envíen una señal al cerebro sobre la posición del cuerpo y su orientación. En las personas con síndrome de Menière hay una hiperproducción de este fluido que aumenta la tensión interna y genera una inflamación del laberinto. Esto produce un daño en la función auditiva y en el equilibrio. Los síntomas del síndrome de Menière (disminución en la audición, presión en el oído, zumbidos y vértigo), aparecen de forma brusca y generan un grado importante de incapacidad.

También puede presentarse hipoacusia, generalmente sólo en uno de los oídos, pero puede afectar a ambos. En algunos casos, la enfermedad de Meniere puede estar relacionada con un traumatismo craneal o una infección en el oído medio o el oído interno. Con frecuencia se presentan náuseas, vómitos y sudoración intensos, síntomas que empeoran con el movimiento súbito. El mareo y la sensación de pérdida del equilibrio dura desde aproximadamente 20 minutos hasta unas horas. Aunque la audición de la persona tiende a recuperarse entre ataques, ésta empeora con el tiempo, perdiéndose primero los ruidos de baja frecuencia y siendo muy comunes los zumbidos y retumbos, al igual, al igual que una sensación de presión en el oído.