La Eterna Lucha Entre Creer En El Destino O Hacer Que Pase

Sí, esto es sobre amor, y esa condenada idea que las historias románticas han metido en nuestra cabeza. Sí, las escuchamos, vemos o leemos y, aunque sabemos que solo se trata de un cuento mágico, nuestra ilusión nos dice que son posibles; todos esos casos de amores eternos, de separaciones y reencuentros, de personas destinadas a estar juntas por siempre y de aquellos que se amarán pese a la distancia. ¿Quién no se ha dejado envolver por ellas?

Somos esclavos muchas veces de ese mito sobre el destino ya escrito, que no importa cuánto hagamos porque en algún misterioso libro está, letra por letra y palabra por palabra, lo que nuestra vida será. Pero, si ya está escrito, ¿por qué se tarda tanto? Quiero disfrutar de mi felicidad ya. Siempre existirá esa eterna lucha entre creer en el destino y hacer que pase, entre el que cada uno haga su vida sabiendo que están destinados a encontrarse y el hacer lo posible por encontrarse.

Si creemos en el destino, estamos listos, porque todo lo que pase de aquí en adelante será producto de lo que alguien escribió en ese libro que por alguna cruel razón no podemos leer. Es cuando dudamos de que realmente nuestra vida esté en un texto cuando comenzamos a movernos en búsqueda de eso que deseamos encontrar y nos dejamos llevar. ¡Al demonio con ese libro! Si había algo escrito, lo voy a cambiar.

¿Qué tal si nos olvidamos del destino y hacemos que pase? Hay quienes dicen que las cosas son como son y que no las podemos cambiar, pero si ya no creemos en el destino nos queda una sola alternativa: actuar. ¿Crees que aún no la conoces? No te rindas y no dejes de buscar, porque en algún pedazo de este mundo ella debe andar buscándote igual.

La conociste, se ha ido, pero, ¿crees que es la ideal? Mándale señales de vida, que no te deje de pensar; trata de estar presente cuando menos se lo espera y hazte notar. Si en verdad te interesa conseguir ese amor verdadero, no pierdas tu tiempo buscando un libro que nadie ha podido encontrar.